Cuando los recuerdos
llegan como un diluvio
y sin control se extienden
en mi cuerpo y en mi mente.
Cuando la nostalgia inunda
cada parte consciente
y se convierte en una fuerza
que arrolla mi presente.
Cuando al extender las manos
al vacío espacio,
intentando alcanzar esos momentos
que tocan e invaden mis sentidos.
Cuando tengo una sensación
desesperada, necesitando,
deseando volver a los pasos
que se quedaron con los recuerdos.
Cuando nace una lágrima
sola, silenciosa,
acompañada de una sonrisa
sin que ella se pueda definir.
Cuando me sobrepasa
la nostalgia, acuciante
persistente, insolente
y no me da respiro.
Es cuando yo,
me siento en el silencio
de mi habitación
a escribir estos versos.
Tania Mauri M.
