Mi mente envuelta en la niebla
le busca, pero no le encuentra.
Extiendo mis brazos tanteando
no sé porque le estoy buscando.
Intento escuchar su voz.
Esa voz me llena de fantasía
envuelve mi corazón
en una lenta melodía
Necesito sus brazos
y su boca susurrando
necesito sus manos
en mi cuerpo despojando.
Mis ojos ciegos de encanto
mi cuerpo gritando deseo
claman sus besos de fuego
ruegan al fin de este anhelo.
Si no puedo encontrarle
si sus brazos no pueden atarme
será que el vacío me atrape
y mi alma se seque de esperarle.
Me hundo en un pozo de lujuria
perdida en el mar del pecado
amando con celo y lascivia
y un perdón divino esperado.
Tania Mauri M.
